jueves, 19 de febrero de 2009

CELOS

Pedro Mata

Tengo celos de tí, ¿por qué negarlo?
Tango celos de tí, celos rabiosos;
celos de la sonrisa de tu boca,
celos de las miradas de tus ojos.
Cuando yo no te oigo, ¿cómo hablas?
Cuando yo no te veo, ¿cómo me miras?
Cuando no estoy delante, ¿cómo suenan
los áureos cascabeles de tu risa?
Tú sabes en los ojos de los hombres
hay miradas impuras,
que unas veces parecen que acarician
y otras veces parecen que desnudan.
Cuando un hombre te mira de ese modo,
cuando te envuelve una mirada de ésas
y sientes que resbala por tu cuerpo,
¿qué es lo que sientes, di, qué es lo que sientes?
Yo puedo adivinar que pensamientos
laten en tí cuando de mí te acuerdas;
cuando es de otro el recuerdo que te asalta,
¿qué es lo que sueñas, di, qué es lo que sueñas?
Yo te he visto mil veces temblorosa
ante el fervor de mis ardientes frases,
con los divinos ojos entornados
y los húmedos labios anhelantes.
Embaída de amor, desvanecida,
cuando soy yo el que de amor te habla.
Si las palabras son las mismas dime:
¿cómo te suenan de otro las palabras?
Tú juras que me has dado
tu corazón, tu cuerpo y tu cariño;
pero nunca sabré si tras tus ojos
se esconde un pensamiento que no es mío.
¡Y qué me importa tu cariño entonces,
qué vale la estructura de tu cuerpo,
si son los pensamientos de tu alma
como villanos que arrebata el viento!

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